Juan Segarra

En gran medida los acontecimientos del pasado forjan el futuro. El más que centenario FC Barcelona debe su brillante historia a cientos de personajes entrañables. Entre ellos, a lo largo de más de cien años, pocos, muy pocos, han brillado con la fuerza que lo hizo Joan Segarra, un chaval nacido en el barrio de Sants de Barcelona. Este escurridizo y delgaducho joven nació por y para el deporte, aunque fue el fútbol el que lo encumbró al Olimpo de los Dioses.

Juan Segarra Iracheta, nacido el 15 de noviembre de 1927, jugó en el Santsense, en el San Pol y posteriormente en el Vilafranca, antes de que los ojeadores de la época se fijaran en él. En 1949 ingresaba en el FC Barcelona, club que no dejaría hasta 1964. 15 años en los que desarrollaría una de las más completas carreras futbolísticas jamás vistas. Coincidió con dos épocas que tienen grabadas sus gestas con letras de oro en la historia del Barça: las Cinco Copas y el Barça de HH (Helenio Herrera).

Clásicas son esas imágenes en blanco y negro del NODO anunciando un nuevo triunfo del Barça, en las que se veía a Juan Segarra, portando el brazalete e intercambiando banderines con el capitán rival o recogiendo los trofeos que su club ganaba. En infinidad de ocasiones, era el Generalísimo quien hacía entrega de la Copa a un exultante y sudoroso Segarra.

El gran capitán

Juan Segarra, el gran capitán para los medios especializados, Juanito para sus compañeros y amigos, ha sido sin duda alguna el futbolista catalán más laureado, más respetado por compañeros y rivales y de mayor impacto en la historia del club azulgrana.

Segarra lo daba todo sobre el campo, pero siempre con limpieza y respeto. Durante toda su carrera sólo le expulsaron en una ocasión y fue por error: "Juanito, a la calle." El árbitro se equivocó y, aunque el auténtico culpable dio la cara, la decisión del juez era irrevocable. Años más tarde, cuando Juan Segarra jugó su partido de homenaje contra el Borussia Moenchengladbach, el mismo arbitro se ofreció a dirigir el partido gratuitamente en honor a Segarra y en reconocimiento a su error.

En cierta ocasión, preguntada su madre por el talento futbolístico de su hijo, ella contestó: "Sólo les puedo decir que aunque sea el mejor futbolista, aún es mejor hijo". Juan ha sido una auténtica leyenda en todos los aspectos: los profesionales, los éticos y los morales.

Motivador, todoterreno y bromista

Pero, ¿cómo jugaba el Segarra futbolista? Curiosamente, Juan explica que ha tenido camisetas con todos los dorsales excepto el 9 de delantero centro y el 1 de portero. Quizás fue uno de los primeros en ser un auténtico comodín. Los más viejos del lugar, sin embargo, explican que Segarra era un medio de corte defensivo con una técnica privilegiada. Un jugador "futurista" que se cuidaba de maravilla y que tenía un fondo físico impresionante. Normalmente jugaba en defensa por el centro o por la izquierda o por delante de la misma. Tenía un disparo potente que le valió para marcar algunos goles decisivos. Nunca se arrugaba y siempre exigía a sus compañeros el mismo nivel de compromiso.

Tanto en el Barcelona como en la Selección Española, con la que Juan disputó 25 partidos incluido el Mundial de Chile de 1962, le adoraban a pesar de recibir acaloradas broncas cuando la concentración les fallaba. Juan era el motivador, el bromista, y sobre todo un gran jugador de equipo que quería ganar con nobleza. Para Josep María Fusté, otro gran centrocampista de los sesenta y setenta, "Juan Segarra es el mejor jugador de la historia del club teniendo en cuenta la persona y el rendimiento deportivo". Ahora bien, el único Balón de Oro español, Luís Suárez, considera que "Juan Segarra debería tener una estatua en su honor por todo lo que representó: entrega, coraje, éxitos y catalanidad". El legendario Di Stéfano, una de las cuatro referencias mundiales de fútbol, siempre explica que "Segarra fue uno de los jugadores rivales más respetados por su calidad y por su actitud".

El binomio Herrera-Segarra

En 1958, aterrizó en el Barcelona el Mago, HH, Don Helenio. Juan Segarra, como capitán, no tardó en reunirse con el nuevo entrenador. Haciendo fe de su elegante talante, Segarra, ya entrado en los treinta, no dudó en explicarle a HH que él no quería ser un problema y que si por edad consideraba que no debía seguir en el FC Barcelona lo entendería. HH, absorto, le espetó: "Usted lleva una vida ejemplar, tiene un físico privilegiado, una capacidad de trabajo única, además nunca ha tenido una lesión importante y es uno de los jugadores más respetados en todos los campos de fútbol. Usted jugará hasta los cuarenta". Las dos mejores temporadas de Juan Segarra fueron las de Helenio Helenio a nivel estadístico y a nivel deportivo. El Barça lo ganó casi todo incluido el doblete (Liga y Copa) que tardaría 39 años en volver a reeditar. Con la dificultad añadida de competir contra el mejor Real Madrid de todos los tiempos, el Barcelona de Helenio Herrera y de Juan Segarra se permitieron el lujo de marcar la friolera de 96 goles en 30 partidos (temporada 58-59). Promedio récord todavía vigente.

Cuando Helenio Herrera volvió a la llamada del Barcelona en 1980, lo primero que pidió cuando pisó el Camp Nou fue que quería a su "gran capitán" como segundo entrenador. Así que Juan Segarra pasó, a petición del "Mago", de entrenador del filial a segundo entrenador de la primera plantilla del club catalán. Era la época de los Schuster, Simonsen y del secuestro de Quini. Don Helenio, a quién le brillaban los ojos ante la plata, animó a Juan Segarra a que se personase en las oficinas del club para pedir un aumento en su ficha por su nuevo cargo. Juan aceptó aunque a regañadientes y se personó en el despacho del nuevo gerente. Ante la explicación de Segarra, el nuevo y joven ejecutivo le dijo que "antes de subir la ficha debería hacer más méritos". Sin mediar palabra, como en los viejos tiempos, Segarra le cogió por la solapa y le colgó en un perchero antes de salir del despacho absolutamente entristecido ante tal desprecio.

Un mito azulgrana

Durante sus años de azulgrana, Segarra, "el gran capitán", recogió muchos trofeos: cuatro campeonatos de Liga, seis de Copa, dos Copas de Ferias y una Pequeña Copa del Mundo. Se retiró en 1964 siendo el jugador que había defendido la zamarra azulgrana en más ocasiones (528), sólo superado hoy en día por Migueli, Rexach y Amor. Posteriormente siguió ligado al club como técnico y como ferviente culé de corazón.

Si en lugar de haber nacido en España, Juan Segarra hubiese nacido en Inglaterra o en USA, donde se venera a las viejas glorias, hoy sería una reconocida leyenda viva. Sin embargo, en España sólo pondera la actualidad y a menudo nos olvidamos de que los acontecimientos del pasado, buenos y malos, forjan el futuro. Valga pues este pequeño escrito para honorar la leyenda de tan digno deportista y magnífica persona que es el gran capitán Juan Segarra.
Fuente: Don Balón


1 comentario:

Anónimo dijo...

JAMÁS SE MERECIÓ NI ÉL NI SU MAGNÍFICA ESPOSA LA SITUACIÓN PADECIDA EN SUS ÚLTIMOS AÑOS DE VIDA.
PERO YA LO DICE EL REFRÁN "ZAPATERO A TUS ZAPATOS".Y SI ENCIMA TE DEJAS ACONSEJAR POR CIERTAS PERSONAS QUE DESCONOCEN LA PALABRA "ESCRÚPULO" LA SENTENCIA ESTÁ DICTADA.
MI MÁS SINCERO RECONOCIMIENTO A ESTA FAMILIA Y UN RECUERDO ETERNO PARA "JUANITO".

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