Raymond Kopa

Un cronista inglés bautizó a Raymond Kopa como el "Napoleón del fútbol". Sus temibles regates a gran velocidad, secos, cortantes e inesperados, rompían a las defensas contrarias. Lo ganó todo en el fútbol y casi todo como ser humano, dejando grandes frases para el recuerdo: "Si yo tuviera que dar un solo consejo a los jóvenes sería: amad al fútbol con la misma pasión que yo y os irá bien. Se hace bien aquello que se ama".

La historia empezó, a finales de los años veinte, en un pueblo minero del norte de Francia, Noeux -Les- Mines, donde se instaló, en busca de prosperidad y de un buen futuro, la familia polaca Kopaszewski, para trabajar en las minas. Y allí, en el duro ambiente de recios mineros, nació, el 13 de octubre de 1931, un niño que se desarrollaría, más bien, con figura escueta, corta estatura, poco peso y apariencia débil, pero con una agilidad física y sobre todo mental portentosa. No era el prototipo del sufrido minero, pero como tal empezó a trabajar. Había que ayudar. Dos hechos, no obstante, marcarían un rumbo diferente a su vida.

A los 15 años sufrió un accidente que le costó un dedo de la mano izquierda, hecho que le hizo replantearse el camino que deseaba seguir. Esta circunstancia, unida a que su casa estaba al lado del estadio de la población, lugar donde el niño consumía sus horas libres jugando al fútbol, fueron decisivas. Bueno, estas circunstancias, en realidad, lo que permitieron fue descubrir que el pequeño Kopa, así abreviaban sus colegas el complicado apellido familiar, había nacido para ser un as del fútbol mundial. Desde pequeño asombraba con el manejo del balón. Parecía llevarlo cosido a sus pies en sus habituales y diabólicas carreras hacia la portería contraria.

Campeón con el Stade de Reims

No tardó en resultarle pequeño el primer equipo de su pueblo y en 1949 pasó al SCO Angers, donde estuvo dos años. En 1951, Albert Bateux, responsable del Stade de Reims, a la sazón equipo estrella del fútbol francés, se lo llevó para encaminarlo hacia la gloria. Fichó por 1.800.000 de francos de la época y, de la mano de su mentor, se fue formando y destacando hasta 1956. En total jugó 158 partidos, marcó 48 goles y dio muchos más. Fue campeón de Francia dos veces (en 1953 y en 1955) y se hizo con la Copa Latina de 1953, en Lisboa, frente al Milan. Su fama traspasó fronteras pese a su juventud. De él se escribió: "Nadie puede frenarle cuando se infiltra con regates cortos y milimétricos". Un año antes, había debutado con la selección francesa frente a la República Federal de Alemania con victoria gala por 3-1.

Pero lo que cambió su vida fue la final de la primera Copa de Europa que disputó con el Stade de Reims, en el Parque de los Príncipes, el 13 de junio de 1956, frente al Real Madrid. Fue un partido memorable, que se tuvo que seguir por radio, mediante la voz de Matías Prats, porque entonces la tele era un sueño imposible. El Stade de Reims se adelantó por dos veces, pero a la postre Di Stéfano y sus compañeros se impusieron por un apoteósico 3-4. Don Santiago Bernabéu, más allá de la alegría por el éxito, le echó el ojo a ese pequeño diablo llamado Raymond Kopa… y se lo llevó a su Real Madrid.

Polémica con Di Stefano

No fue fácil su entrada en aquel Real Madrid, disputándole nada menos que a Di Stéfano el número 9. El gran Alfredo dijo: "La idea de Bernabéu cuando lo trajo era que jugara de delantero centro y yo de interior o extremo derecho. Probamos en los entrenamientos, pero salió todo torcido. A mí me daba lo mismo porque iba al centro igual. Estaba claro quién mandaba en el césped". De modo que Kopa jugó de extremo y a veces de interior.

Años después el Napoleón del fútbol se refirió a su estancia en el Real Madrid como "una alegría; crear juego, sin ideas herméticas, con imaginación… y tener en tu equipo a Alfredo Di Stéfano era como llevar paracaídas cuando viajas en avión. Alfredo fue todo un fenómeno, quizá el mejor de la historia". En cualquier caso, Kopa formó parte de una de las delanteras míticas de la historia del fútbol, recitadas de memoria por los privilegiados contemporáneos que tuvieron el placer de verlos jugar: Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento.

Tres temporadas estuvo en el triunfante Real Madrid. En ellas logró dos títulos de Liga (1956-57 y 1957-58) y tres Copas de Europa. En 1957, en el Bernabéu, los blancos ganaron la final por 2-0 a la Fiorentina; en 1958, en Bruselas, al Milan y en 1959, en Stuttgart, a su querido Stade de Reims por 2-0. Con este partido cerraba su estancia en el Real Madrid, que había comenzado a raíz de la final entre los mismos conjuntos, en el Parque de los Príncipes, y había acabado con idéntico partido, tres años y tres Copas de Europa después.

En su despedida sufrió una grave lesión, pero se mantuvo en el campo para evitar que el Madrid se quedara con diez. Todo un gesto. La alineación fue: Domínguez; Marquitos, Santamaría, Zárraga; Santiesteban, A. Ruiz; Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial y Gento.

En 1958 ganó el Balón de Oro, por delante de Di Stéfano y del mítico inglés Matthews, a quien la corona británica concedería el título de Sir, y en 1959, tras su tercera Copa de Europa, Santiago Bernabéu quiso renovarle por cinco años, con una tentadora oferta económica, pero Raymond decidió regresar a Francia. La recuperación de su grave lesión, unida a que su hijo había muerto de cáncer y tal vez la presión de jugar en competencia con Di Stéfano le hicieron cambiar de rumbo. Él lo explicó así: "Los negocios que poseía en Francia me reclamaban, además mi mujer no se adaptó nunca a la vida española". Con el Real Madrid jugó 103 partidos y marcó 30 goles.

Regreso al Stade de Reims

De regreso a Francia, en 1959, se reintegró a su Stade de Reims, con el que jugó durante ocho años, seis en Primera División y dos en Segunda. Finalmente, con 31 años, decidió retirarse del fútbol profesional y dedicarse a sus negocios. Pero su físico y su mente le pedían todavía guerra y puso su empeño, su trabajo y su pasión, en el fútbol, jugando como amateur en el Notre Dame Des Champs.

En 1963, antes de abandonar el fútbol profesional, tuvo la oportunidad de recibir una despedida a nivel mundial. Formó parte de la Selección del Resto del Mundo, que se enfrentó a Inglaterra en Wembley. El resultado final fue 2-1, favorable a los ingleses.

Palmarés de Kopa

A lo largo de su vida Raymond Kopa jugó en los siguientes equipos: Noeux- Les- Mines, SCO Angers, Stade de Reims, Real Madrid, de nuevo Stade de Reims y como amateur en el Notre- Dame-Des Champs. Fue cuatro veces campeón de Francia, dos veces campeón de España y tres veces campeón de Europa, obtuvo el Balón de Oro y fue distinguido por el Estado francés con la Legión de honor. En total jugó 385 partidos, 45 de ellos con la Selección de Francia, y marcó 103 goles. Sin duda, estamos hablando de registros de crack mundial.

Pelé dijo: "Jugar al fútbol es lo más simple del mundo. Sólo es menester jugar". Raymond Kopa lo puede suscribir, pero cuando se le pregunta: ¿qué hubiera hecho en el caso de participar en el fútbol actual?, responde: “está tan profesionalizado que da asco”. Kopa, el Napoleón del fútbol; genio y figura.
Fuente: Don Balón


1 comentario:

Leonardo dijo...

Kopa fue uno de esos verdaderos pequeños gigantes que nos dió el fútbol.

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